13 jun. 2009
EL CASTILLO DE GAUZÓN, ubicado en el Peñón de Raíces (concejo de Castrillón), es la fortaleza más emblemática del reino de Asturias.
Las campañas arqueológicas realizadas en 2007 y 2008 han permitido documentar la existencia de una primera fortificación edificada a fines del siglo VII d.C. y comienzos del VIII d.C., una etapa muy desconocida hasta la fecha al escasear la documentación escrita, principal fuente de análisis de la historiografía tradicional. La importancia de este hallazgo radica en que permite estudiar la etapa previa a la formación del reino de Asturias tras la batalla de Covadonga en el año 722, evidenciando la presencia de una sociedad avanzada y con jerarquías sociales capacitadas para erigir construcciones de carácter aristocrático. A fines del siglo IX, esta primitiva fortificación fue objeto de una serie de reformas por parte de Alfonso III dentro de una coyuntura de refortificación de la costa ante los ataques vikingos y musulmanes y de reorganización territorial. En este sentido, el castillo pasa a desempeñar el papel de centro de gobierno del alfoz de Gauzón, demarcación que englobaba los actuales concejos de Avilés, Gijón, Gozón, Castrillón, Carreño, Illas y Corvera, siendo residencia del conde o representante regio. Por otra parte, dada su categoría de morada real, dentro de sus muros tienen lugar importantes acontecimientos, como el encierro del infante García, hijo de Alfonso III, tras su rebelión contra su padre y, principalmente, la elaboración de la Cruz de la Victoria en el año 908, tal como reza la inscripción que la joya porta en su reverso.
En el año 1132, el castillo es uno de los enclaves empleados por el conde Gonzalo Peláez en su levantamiento contra Alfonso VII, siendo tomado por las tropas del rey en la primera campaña militar. En el año 1222, Alfonso IX procedía a donar la fortaleza a la Orden de Santiago junto con el alfoz o territorio de "Castrelyon", un suceso que, unido a la pérdida del poder político a favor de la villa de Avilés, marca su privatización. La Orden de Santiago mantendrá la propiedad hasta el abandono del castillo, administrándolo a través de los llamados "encomenderos". En la primera mitad del siglo XIV, se cierra el elenco de encomenderos conocidos y en las primeras décadas del XV, el castillo ya aparece abandonado y transformado en un encerradero de ganado.
La fortificación fue objeto de una primera intervención arqueológica entre 1973 y 1977 por parte de Vicente José González García. El proyecto actual, dirigido por Alejandro García Álvarez e Iván Muñiz López, lleva realizadas dos campañas arqueológicas en 2007 y 2008, que han permitido documentar y definir con claridad las estructuras defensivas y habitacionales de la plataforma superior, además de un rico elenco de cerámicas, utillaje metálico y restos faunísticos que alumbran la vida cotidiana en la fortificación.